martes, septiembre 26, 2006

Los expertos afirman que el 27% de los trabajadores padece estrés laboral
El 27,6% de los españoles con trabajo sufren estrés laboral. Ésta es una de las conclusiones a las que se ha llegado en el VI Congreso Internacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés celebrada en el hotel Meliá de Benidorm cuyo acto de clausura se celebró ayer tras tres días de ponencias y conferencias de más de trescientos expertos en la materia. Dentro de los trabajadores que sufren esta dolencia, destacan los trabajadores sanitarios. Al respecto, el presidente ejecutivo del Congreso, Antonio Cano-Vindel, afirmaba que «se puede manifestar de formas diferentes afectando, sobre todo, a las decisiones que los profesionales de la medicina toman estando sometidos a un proceso jurídico y pudiendo afectar a la vida de los pacientes». Por otro lado, Cano-Vindel manifestaba que «otro de los factores que afectan a la ansiedad y estrés laboral en los trabajadores sanitarios es el principio de organización, la falta de medios y de una organización adecuada, esto, en ocasiones, puede generar más estrés que el propio trabajo en sí mismo». Asimismo, los turnos rotativos de los trabajadores afectan a los mismos de forma negativa, ya que no se consigue una rutina estable, así como el exceso o falta de trabajo o la falta de personal en un determinado servicio. Las relaciones en el trabajo es otro aspecto importante que, según el presidente ejecutivo del congreso, puede influir en el personal ya que «pueden darse trastornos mentales de algunos trabajadores que afecten a toda la plantilla». El estrés laboral y la ansiedad se puede manifestar de formas diferentes, provocando molestias físicas o psíquicas en los trabajadores como: insomnio, dolores musculares, dolores de cabeza, depresiones e incluso trastornos de pareja. Estos trastornos en los profesionales sanitarios pueden afectar, sobre todo, en el rendimiento laboral, «pudiendo cometer más errores de los debidos ya que no tienen tiempo de retener información importante para el paciente pudiendo tener así consecuencias negativas». Por otro lado, otro de los temas abordados en el congreso es el estrés y la ansiedad en el ámbito educativo, ya que entre un 20 y un 25% de los alumnos sufren ansiedad ante los exámenes, problema que les impide realizar los ejercicios y provocando incluso abandonos en selectividad. Expertos y profesores pioneros de varios centros educativos han observado que el apoyo y tratamiento psicológico en los alumnos mejora en gran medida el rendimiento escolar. Al respecto, el profesor Cano-Vindel afirmaba que «la solución está en buscar más información y programas psicológicos para entrenar la reducción de la ansiedad, disminuir el estrés y conseguir así un mejor rendimiento escolar». En cuanto a los profesores, Cano-Vindel aseguraba que «uno de cada dos profesores confiesa estrés, aumentan las prejubilaciones o bajas por depresión que son un reflejo de la sociedad actual».

lunes, septiembre 25, 2006

Cómo controlar los ataques de ansiedad y estrés durante la época de exámenes
Comer, beber, fumar. No, no nos referimos a una fiesta ni a una cena tranquila, sino a los tres hábitos más típicos que acompañan a las vísperas de un examen.
Parece ser que existe una relación inversamente proporcional entre los días que quedan para la prueba y la cantidad de café, cigarrillos y comida que consumimos. Así, a menor cantidad de días, mayor desmesura. Fumamos como murciélagos, bebemos café como si fuera el último, y nuestro estómago adquiere dimensiones insospechadas. Algunos estudiantes lo padecen todo. Otros no comen y se llenan con café o te. Si eres fumador, fumarás como nunca. Parece imposible de controlar. ¿Por qué?

Causas
La ansiedad es un estado emotivo que surge generalmente frente a una situación imaginaria, anticipando los resultados. Tiene que ver con la incertidumbre frente a lo que puede llegar a ocurrir y que todavía no conocemos. Así, mientras estudiamos, está presente a cada minuto la cara del profesor, imaginamos qué preguntas hará, nos imaginamos contestando bien o mal, imaginamos que nos aplazan, que nos preguntan algo que no sabemos o que por algún motivo hemos olvidado. El temor a no aprobar, o al hecho mismo de tener que dar un examen, es la causa, en este caso, del aumento de la ansiedad y el stress, y el afán de descargar de alguna manera el monto de la misma se realiza a través de alguna conducta motora, que a veces pasa por las tendencias orales. Así como cuando eras bebé te chupabas el dedo o eras adicto al chupete, de grande te metes otras cosas en tu boca.
En muchos casos no hemos llevado la materia al día, es decir que no la hemos ido estudiando durante el cursado y los ratos libres. Entonces debemos incorporar todos los conocimientos rápidamente para dar el examen. Esta situación genera una gran carga de nerviosismo y estrés, que disparan la ansiedad.

Las viejas excusas del ansioso
"Tomo café para mantenerme despierto." "Estudiar me da hambre". "No puedo no fumar". Mitos. Vamos a ver qué podemos hacer para erradicarlos.

Cambiar de hábitos
El café
Si bebes café para no quedarte dormido intenta estudiar en otros horarios. Si no trabajas, puedes aprovechar la mañana en lugar de quedarte hasta altas horas de la noche estudiando. Hay quienes dicen estudiar mejor de noche, pero a la larga se quejan de insomnio y de un terrible dolor de estómago. Si no quieres dejar el hábito del café, disminúyelo poco a poco. Reemplázalo por agua o por alguna bebida que no contenga cafeína. Los zumos de frutas son una buena idea.

El tabaco
Un día normal de estudio saca la cuenta de cuántos cigarrillos fumaste y tal vez te horrorices al saber el resultado. Es difícil dejar de fumar, todos lo sabemos. Pero no es cierto que "no puedes no fumar". Si no estás dispuesto a dejar el hábito, al menos intenta disminuirlo. No fumes durante la mañana: el cuerpo a esa hora necesita reponer vitaminas y fuerzas, y con el tabaco se las quitas. A algunas personas les funciona masticar chicle cada vez que tienen ganas de encender un cigarrillo.

La comida
Sé sincero: no es hambre lo que tienes, sino puras ganas de comer. Intenta lo siguiente: en lugar de atacar el frigorífico y comer hasta reventar, prueba distribuir los alimentos en seis comidas moderadas al día y proponte respetar los horarios de cada una. Si en medio de un texto complejo te dan ganas de comerte un chocolate gigantesco, intenta comer uno pequeño, o mejor, reemplaza todos los alimentos pesados y grasosos por frutas. Es notable, además, que a muchas personas se les quitan las ganas de fumar o tomar café cuando consumen varias frutas al día.

Otros consejos
Los recreos
Es indispensable levantarse de la silla de cuando en cuando y despejar tu mente. Algunos dejan de estudiar 10 minutos cada hora; otros estudian dos horas seguidas y se toman un descanso de media hora. Prueba qué tipo de recreo te sienta mejor. No te quedes en la misma habitación, sal a dar una vuelta, charla con un amigo, tirate a escuchar música. En ese tiempo procura pensar en cualquier cosa, menos en el examen.

El compañero de estudio
Si conoces a alguien que te cae bien y que tiene tu mismo ritmo de estudio, pueden juntarse a preparar la materia. De a dos es mucho más fácil paliar la ansiedad y los nervios. El diálogo, el intercambio de ideas, las bromas, y, en fin, sentirte acompañado por alguien que está pasando por lo mismo que uno puede ser muy beneficioso para ambos.

Respeta tus tiempos
En ocasiones queremos sacar la materia cuanto antes, pero en un intento por aprender el contenido de diez libros en una semana terminamos agotados física y mentalmente, frustrados, fastidiados, y no damos un buen examen. Si ves que no vas a llegar para el final, rendilo en el próximo turno de exámenes. Lo óptimo es llevar la materia al día, así la preparación para el examen no se convierte en un penoso curso de estudio acelerado. Pero esto no siempre es posible. Entonces fijate metas: "este mes no rindo nada, pero empiezo a preparar tranquilo Historia Contemporánea para el mes próximo." O "Epistemología es muy larga, la voy a rendir dentro de dos meses, pero cada noche voy a leer un poco".

viernes, septiembre 22, 2006

Desastres y delitos causan estrés en víctimas

Aunque mucha gente vincula el trastorno pos traumático con soldados que regresan de la zona de combate, los expertos en la materia sostienen que cualquiera puede contraer esa alteración.
Las víctimas de desastres naturales, como huracanes, inundaciones, tornados y maremotos, probablemente experimenten tal perturbación, pero también pueden resultar afectados sobrevivientes de tragedias tales como los ataques terroristas del 11 de septiembre y el Holocausto.
Más de un año después, Patricia Robinson, quien trata de adaptarse a su nueva vida en El Paso, todavía siente las secuelas del huracán Katrina.
"Cada vez que veo algo relacionado con Katrina, o en los noticiarios, me pongo muy triste y los ojos se me llenan de lágrimas, porque todavía duele", expresó. "Aún mantengo la comunicación con quienes llegaron aquí desde Nueva Orleans, quienes también perdieron todo, al igual que mi familia, e igualmente pasan por lo mismo".
"Tenía insomnio, dolor de cabeza y pesadillas acerca de lo ocurrido en Nueva Orleans. Incluso después de llegar a El Paso, vivimos bajo constante estrés, ya que nos restringieron las estampillas para alimentos, así como apoyo financiero para vivienda y para la escuela de mi hijo. Es sumamente estresante soportar esta situación e ignorar qué nos depara el futuro".
Robinson proyecta reanudar sus sesiones de terapia en El Paso.
"Por lo menos, contaba con alguien que me escuchaba y comprendía mi situación".
El trastorno pos traumático afecta asimismo a víctimas de la violencia como los asaltos sexuales, la tortura, el robo, el secuestro, maltrato infantil y violencia intrafamiliar.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, esta alteración se puede presentar en quienes se enfrentan a un acontecimiento traumático que los expone a lesiones físicas o quienes atestiguan un evento de tal naturaleza.
Entre los síntomas de tal afección se incluyen pesadillas, recuerdos recurrentes, ansiedad al máximo, un sentimiento aprensivo, impotencia, emociones incontrolables, insomnio y dificultades respiratorias. Por lo general, el tratamiento consiste en terapias o medicamentos, o ambos.
Además de los soldados, según los peritos en la materia, policías, bomberos, especialistas de las salas de urgencias e incluso los periodistas se enfrentan a situaciones de amenaza mortal y de violencia.
Javier Kuramura, reportero de Juárez, vivía en la Ciudad de México cuando ocurrió el trágico terremoto de 1985 y, posteriormente, estableció su residencia en la frontera, en donde los periodistas acostumbran cubrir una constante andanada de sangrientos crímenes y en donde son víctimas de amenazas y hasta de asesinatos.
"Yo todavía era un estudiante de la Ciudad de México cuando ocurrió el sismo", recordó. "Vivía en la colonia Roma, una de las zonas más afectadas. Unas escuelas preparatorias se derrumbaron totalmente a raíz del temblor y perecieron muchos estudiantes que apenas acababan de entrar a clases".

Síntomas
Según el Centro Nacional para los Trastornos Pos Traumáticos, esta dolencia es una afección siquiátrica que puede presentarse después de padecer o presenciar eventos mortales, incluyendo conflictos bélicos, desastres naturales, actos terroristas o agresiones violentas en contra de sus personas. Para ser diagnosticado como una perturbación de este tipo, los síntomas deben prevalecer más de un mes.
He aquí algunos de los síntomas de este malestar:
Recuerdos recurrentes.
Pesadillas.
Insomnio u otras perturbaciones del sueño.
Ansiedad intensa.
Dificultades para respirar y taquicardia.
Problemas de concentración.
Depresión.
Desesperación.
Comportamiento agresivo.

miércoles, septiembre 20, 2006

¡Cuidado!, el estrés engorda

El depósito de grasa abdominal que se niega a desaparecer puede ser obra de la hormona cortisol, que se debe a los altos niveles de estrés que se registran en las personas.
Si a pesar del ejercicio y el cuidado de la alimentación es imposible desaparecer esos "gorditos" de la cintura y la cadera, hay que revisar el estilo de vida. Quizá el estrés sea el villano de la película.
Estudios del doctor Francisco Javier Tébar, jefe del servicio de endocrinología del Hospital La Arrixaca, de Murcia, España, revelaron que las personas con estrés crónico incrementan sus depósitos de grasa abdominal, porque el ánimo alterado aumenta la producción de una hormona llamada cortisol.

¿Qué es eso de cortisol?
Según la American Accreditation Health Care Commission, "el cortisol es una hormona esteroide liberada por la corteza suprarrenal en respuesta a otra hormona llamada ACTH" (producida por la glándula pituitaria).
Una reacción normal al estrés, físico o mental, implica el aumento de la secreción de ACTH, que a su vez hace crecer la producción de cortisol, lo que provoca un incremento de la grasa abdominal.

lunes, septiembre 18, 2006

El 50% de personas con calvicie sufre de estrés
Si después de la ducha encuentra en el suelo o en su cepillo cuatro o cinco cabellos no se inquiete, porque esta caída es normal. Pero si el número llega a 80, 90 ó 100 el tema ya es preocupante. Al menos así lo explica la tricóloga Mónica Carrera, del Svenson Internacional Hair Centers Group. El número 100 se quedó corto en el caso de Paulina P. “Era un puñado de pelos que me salía a diario y eso me preocupó”. Por ello buscó ayuda de los especialistas. Los consultorios públicos y privados cada vez registran más pacientes. Los galenos coinciden que esto se debe al estrés, la ansiedad, la depresión a los que la gente está sometida actualmente. Las estadísticas de Svenson revelan que el 50 por ciento de personas que se acerca a sus consultorios tiene caída de pelo por estrés. Hace tres meses fue la primera consulta médica que tuvo la joven de 17 años. El diagnóstico sugirió que el problema se debe a la depresión que le aquejaba por perder el año en el colegio. “Es desesperante saber que tus papás no saben y creen que todo va bien”. La caída de cabello se sumó a la pérdida de sueño, somnolencia, dolores de cabeza, cansancio. “Todo me puede pasar, pero menos que me quede sin cabellos”. El estrés, la tensión, el nerviosismo, la ansiedad hacen que se bajen las defensas de las personas y que se pierdan los nutrientes del sistema circulatorio que necesita la papila para formar el cabello. Si esto ocurre se produce un proceso degenerativo e impide que el cabello cumpla sus ciclos de vida. La influencia del estrés en este mal se siente desde hace 10 años. Hasta 1990, por ejemplo, el hospital Enrique Garcés registraba hasta dos casos al mes, pero ahora esa cifra subió a un promedio de ocho y 10. Igual ocurre en el Carlos Andrade Marín. El tratamiento de Svenson en estos casos es correctivo integral. Consiste en aplicar aparatología especial y productos preparados. Pero el médico naturista Néstor Pozo maneja otra alternativa: la homeopatía.
“Es un sistema de medicina alternativa, que ayuda a reponerse a los pacientes”. También hace referencia a una buena alimentación. “Deben primar productos sanos como las frutas. Ese es uno de los cuidados para este inconveniente”. El tratamiento depende de cada centro. Por ejemplo, en Svenson comprende cuatro meses y cuesta hasta 900 dólares. En la Fundación de la Soriasis dura un año y solo los gastos por medicamentos llegan a los 48 dólares al mes. Paulina dice sentirse bien. Al tratamiento del cabello se sumó también la asistencia psicológica. “Les comenté a mis papás el problema, ellos me ayudaron y creo que eso aceleró mi tratamiento”. Pero la caída de cabello también tiene otras causas. Allí está la alopecia androgenética, que es producida por factores genéticos. Es la forma más frecuente de caída del cabello en el hombre y empieza después de la pubertad. Alrededor de los 50 años, afecta al 50 por ciento de hombres.
Carlos Brito padre y Carlos Brito hijo dicen sentirse orgullosos de tener calva. “Es un distintivo de familia. Mi abuelo también era calvo”, señala el papá. El médico dermatólogo Francisco Bermúdez aclara que esta alopecia no es hereditaria. El problema incluso se frena con tratamientos. Carrera ha trabajado con muchos casos similares. “Se aplican los regeneradores celulares y se da vida a la papila para que cumpla sus ciclo de vida”. Pero cuando la calvicie llega no hay nada que hacer. Bermúdez no ve solución. “El cabello está degenerado y allí no hay tratamiento”. Sin embargo, si el problema apenas empieza, el galeno sugiere someter el pelo a exámenes. “Y hasta se pueden usar corticoides”. Los Brito prefieren no someterse a tratamiento. El hijo (18 años) asegura que no tiene complejos. Otro tipo de alopecia es la Areata. Se caracteriza por la caída del cabello en una o más zonas limitadas del cuero cabelludo. Evoluciona de forma muy variable. En algunos casos el cabello crece de nuevo naturalmente en un período de tiempo que puede ir de varias semanas a meses. Pero que en otros casos puede evolucionar hasta la calvicie total.

Tome en cuenta
El folículo es el órgano donde nace el cabello. La tricología es la ciencia que estudia el cuero cabelludo. Y la alopecia no es más que la caída de cabello. Los médicos dermatólogos y otros especialistas en el tema coinciden que cualquier tipo de champú no es solución por sí solo. Hay que acompañar con otro tipo de tratamientos. Una de las creencias que hay en este tema es que el pelo largo favorece la caída más rápida del cabello. Los médicos sugieren un corte moderado, porque eso sí ayuda a frenar los problemas.